A veces, cuando necesitamos realizar pruebas en programas inestables o realizar cambios en la configuración del sistema pero sin que esto afecte nuestro usuario tradicional tenemos instalado un segundo sistema operativo en otra unidad. Puede ser otra versión de Mac, Windows o quizás Linux, lo importante es saber que con Mac podemos elegir al instante la unidad de arranque.
Lo único que tenemos que hacer en OS X es presionar la tecla ALT mientras arranca la Mac. En ese momento aparecerán las opciones de arranque disponibles y podremos elegir la que nos resulte más adecuada.
Dependiendo del tipo de teclado que tengamos tendremos que presionar ALT en un momento determinado. Los teclados de conexión física tradicionales pueden funcionar presionando ALT en cualquier momento, pero un teclado inalámbrico recién después de que escuchemos el sonido de arranque estará activado para que presionemos ALT. Este botón lo que hace es enviar una señal al firmare de nuestro sistema operativo para seleccionar la unidad de arranque.
Por otra parte, si utilizamos una unidad óptica podemos iniciar directamente desde el disco de arranque del sistema operativo con solo presionar la tecla C. Como última opción, podemos usar la configuración manual en las Preferencias de Sistema – Disco de arranque, allí nos aparecerán las opciones disponibles al momento para arrancar Mac.
Para los usuarios novatos quizás se trate de una función poco útil, pero para los que prueba programas y están constantemente instalando y desinstalando aplicaciones es importante contar con una unidad disponible simplemente para los experimentos. Un disco duro secundario es muy apropiado porque nos garantiza la seguridad y el rendimiento de nuestro primer disco sin cambios bruscos ni problemas de compatibilidad, casi como tener una computadora diferente al instalar todo en otro disco. Se pueden utilizar particiones pero son menos recomendables porque sigue siendo el disco original el que corre riesgos.