El actual responsable de iTunes, Eddy Cue, fue quien recibió el Grammy póstumo que fue otorgado a Steve Jobs. El pasado Sábado, se llevó a cabo una ceremonia que se denomina Grammy Special Merit Award (Premio Grammy por Méritos Especiales), la cual es independiente a la ya tradicional ceremonia de entrega de premios que se lleva a cabo durante los primeros días de Febrero de cada año para reconocer a los artistas. Este premio, es otorgado a individuos que durante su carrera han hecho contribuciones significativas a la música sin tratarse de cantantes o autores.
El otorgamiento de este Grammy a Steve Jobs se anunció desde el pasado mes de Diciembre y de esta manera, el fallecido «mandamás» de Apple se une a personalidades que también lo recibieron de manera póstuma como Walt Disney, Les Paul y Thomas Edison. Cue aceptó el premio a nombre de la viuda de Jobs, (Laurene Powell Jobs), sus hijos y todo aquel empleado de Apple. Aprovechó para dirigir unas palabras y mencionó que la música fue quien influenció el trabajo de Steve Jobs, especialmente artistas como Bob Dylan y The Beatles.
Además añadió que Steve estaba enfocado en ofrecer música de manera innovadora, aseguró que hablaba de ella todos los días. Diversas personalidades de la música aprovecharon para rendir un pequeño homenaje a Jobs; este fue el caso de Yo-Yo Ma quien mencionó que tuvo el privilegio de ser amigo personal de Jobs durante muchos años, y que uno de los mejores recuerdos que guarda en su memoria es precisamente esa amistad tan estrecha. Yo-Yo Ma recordó que cuando Jobs contrajo matrimonio, tuvo que declinar la invitación de Jobs para tocar en la ceremonia, lo cual quiso resarcir en su funeral hace unos cuantos meses.
El propio Jobs fue quien le pidió al famoso músico en año pasado. Finalizo asegurando que siempre supo lo que quería y que estará eternamente agradecido con él por el impacto que tuvo en su vida, por las «hermosas herramientas» que le dio para cambiar su forma de pensar, pero sobre todas las cosas, por su «extraordinaria amistad«.
Vía | The Washington Post