Finalmente llegó el día que muchos estábamos esperando. Sí, el día en que Apple presentó la sexta generación de su aclamado iPhone. Como siempre ha sido desde el debut del iPhone de primera generación, el equipo por sí sólo llama la atención por lo cuidado de sus diseños y ensamblaje, pero… ¿Ahora que sigue para Apple? Tratando de ser lo más imparcial posible, creo que lo único que la compañía de Cupertino ha hecho con este lanzamiento, es simplemente equiparar las prestaciones de su producto con las de la competencia, sin aportar nada realmente novedoso.
Y es que, si bien una pantalla más grande, un procesador de mayor velocidad y un sistema operativo que ofrece mejoras con respecto a sus predecesores son características bienvenidas, estamos presenciando algo parecido a lo que le sucedió a Palm hace ya varios años. Bastará recordar que marcas que actualmente prevalecen en el mercado, fueron evolucionando hasta llegar a lo que ahora mismo son; mientras Palm y sus equipos lentamente se fueron quedando rezagados al ofrecer productos con muchas carencias en cuanto a características que el consumidor exigía a gritos.
Recuerdo una entrevista que los expertos le hicieron alguna vez al CEO de Palm y le preguntaron específicamente que porqué la compañía no incorporaba el Wi-Fi a sus terminales tomando en cuenta que los consumidores fieles a la marca no sólo lo imploraban, sino que lo exigían. Esta persona se limitó a decir que él junto con el Consejo de Administración de Palm consideraban que con ello se comprometería la autonomía energética del equipo y que ellos estaban comprometidos a ofrecer la mejor experiencia de usuario a sus clientes y que si eso significaba prescindir del Wi-Fi, estaban dispuestos a hacerlo.
Considero que el mismo fenómeno está sucediendo en Apple. Desde el fallecimiento de Steve Jobs (e incluso antes) estamos viendo que Apple está comenzando a descuidar aquel dispositivo que ha convertido a la compañía en una de las más populares y valiosas del mundo y es que no hay que ser un experto en tecnología para saber que el iPhone es el producto que ha mantenido a Apple en la posición de privilegio que ahora mismo goza. Y desgraciadamente, si los ejecutivos e inversores de la compañía no ponen un poco más de atención a la competencia y a sus clientes, ese furor y preferencia por parte de sus clientes puede encaminarse hacia otros productos.
Los cambios experimentados por el iPhone 5 sin duda son benéficos, una pantalla de mayor tamaño, mejor resolución de pantalla, un nuevo conector de carga y sincronización, un diseño externo muy parecido a su predecesor pero utilizando nuevos materiales, un procesador más veloz… Pero esto ¿no podría haberse suscitado antes? Caramba, Google y sus Nexus con Android ofrecen equipos con mejores prestaciones que el iPhone desde hace varios meses; y que decir del actual acérrimo rival de Apple quien acaba de lanzar el Galaxy S III y está a punto de poner disponible en el mercado el Galaxy Note II.
Sin duda el gran valor del iOS es su simplicidad gráfica y su sencillez de uso y hasta resulta bueno que la compañía ejerza un control desmedido sobre su tienda de aplicaciones. Pero al mismo tiempo, nos hemos dado cuenta que lo que ha hecho Apple durante el último par de años no será suficiente para mantenerse compitiendo en el mercado. Es decir, es urgente que la compañía replantee su estrategia para lograr revertir lo que ha logrado la competencia últimamente.
Apple tendrá que innovar como lo hizo en aquel lejano 2007 cuando se presentó en el mercado la primera generación del iPhone, tendrá que añadir más y mejores características a sus productos y no limitarse a «pequeñas mejoras» como las que podremos disfrutar a partir del 19 de Septiembre con el iOS 6. Tal y como lo he dicho en varias ocasiones, no es un secreto para nadie que la competencia ha copiado a Apple y ha adaptado lo mejor del iOS en Android. ¿Porqué no hacer lo mismo y adoptar lo mejor de Android e incorporarlo al iOS?
En fin, personalmente no me gustaría que a Apple le sucediera lo mismo que le sucedió a esa mítica compañía que en cuestión de meses desapareció del mapa tecnológico; si bien sabemos que sus productos son de excelente calidad, también hay que reconocer que tienen sus defectos y en el caso del iPhone, podemos afirmar que es uno de los mejores smatphones del mercado. Sin embargo, también sabemos que en el mundo tecnológico aplica perfectamente la premisa que dice: «Renovarse o morir» y esta premisa se ajusta perfectamente a Apple en estos momentos con respecto a su producto estrella.
