Resumiendo lo absurdo, y asimilando -tal vez erróneamente- que los sistemas de seguridad del aeropuerto de Israel detectaron algo grande de metal, ergo, muy peligroso, o tal vez una maleta tildada de sospechoso porque estaba demasiado tiempo pendiente de su recogida, resulta que esta bloguera nos cuenta como terminó su Macbook en el estado que muestra la imagen: cosido a balazos.
La solución de las autoridades podría haber sido lo que se suele poner en practica en estos casos y que provoca tanta espectación. En España ya hemos visto desactivaciones o detonaciones controladas de paquetes sospechosos, pero en Israel la solución pasa por pegarle un par de tiros para que explote, y si no explota, lo lamentamos, pero vale más prevenir que curar. Y el resultado habla por si solo. La propietaria del ordenador pudo recuperar su disco duro intacto, no sin antes implorar que le devolvieran sus cosas al margen del estado en que hubieran quedado; y eso fué después de que se le comunicase que las autoridades se habían visto en la obligación de detonar sus pertenencias.
Efectivamente, la zona donde ha tenido lugar esta historia está en candente conflicto bélico. Pero nótese que la propietaria-víctima de semejante salvajada es egípcia, y que los hechos tuvieron lugar en Israel.