Vaya por delante: no es la marca Commodore la que lanzará los nuevos Commodore, sino que el fabricante se han hecho con la marca y el nombre de Commodore para comercializar productos bajo este sello. En cualquier caso, teniendo en cuenta que los Commodore originales hace años que han desaparecido, era evidente que había que hacer unos cambios a la altura de los tiempos que corren… sin perder el toque y estilo de los Commodore de antaño.
Se trata de un caramelito para los nostálogicos -y que en muchos casos ya peinamos canas- que echan de menos los comandos para cargar juegos grabados en cinta magnetofónica -con su chirriante ruído incluído- o para los mas modernillos que se hicieron con un Commodore Amiga que en su momento estaba dotado de una potencia inusitada de gráficos y sonido jamás vistas en aquellos tiempos. Algunos, incluso guardamos el disco de arranque Workbench que servía de llave para entrar en el sistema.
En primavera, Commodore lanzará nuevos modelos, pero esta vez, todo-en-uno: teclado y torre en una misma unidad. Básicamente cada equipo estará dotado de una superfície touchpad, puertos USB, lectores de tarjetas, conexión Ethernet, conexiones DVI / VGA y una unidad DVD, además de otras conexiones adicionales. Será posible que cada usuario lo vitamine a su gusto partiendo de micros Intel Core 2 Duo y hasta 4 GB de RAM y discos duros de gran capacidad.
Y volviendo al titular, cada equipo vendrá listo para correr Windows, Linux o Mac OS X, pero al menos en este caso, el ordenador no se vende con el sistema de Apple ni ofrecerán soporte, sino que simplemente, cada máquina viene como compatible con Mac OS X, y que cada usuario haga lo que crea conveniente.
Insitimos que es un equipo hecho aposta para nostálgicos, y además de su inusual diseño (y de ahí el aroma a Commodore) sólo hay que fijarse en que muchas de las conexiones no son precisamente de hoy día.
