A menos que Apple tenga un as en la manga en forma de un nuevo procesador para el futuro iPhone, el terminal actual es el más rápido que tenemos, si no fuera por un pequeño matiz.
El actual chip que integra el iPhone es un ARM a 620Mhz; la cuestión está en que ha sido debidamente modificado para que corra menos. Los motivos pueden ser muchos: por el calor que desprendería -que no sería así si se le hubiera bajado el voltaje-, por el consumo de batería que puede llegar a tener el micro corriendo a todo trapo, o porque simplemente, alguien de Apple consideró que era necesaria tanta velocidad de proceso.
Lo que se está apuntando en las últimas semanas es que el nuevo iPhone sería capaz de correr a 600 Mhz, que es la misma velocidad a la que correría el procesador del modelo actual si no se hubiera limitado debidamente. Por lo tanto los que tenemos un iPhone ya tenemos esa velocidad de cálculo, pasa que no se aprovecha por alguno -o todos- los motivos que especificamos unas líneas atrás.
Así que una de dos: o Apple quita las protecciones del procesador actual, o está preparando un nuevo iPhone con un nuevo procesador; tal vez igualmente capado a velocidades inferiores, quien sabe.
