A raíz de este artículo he caído en la cuenta de algo que no es ni mucho menos la sopa de ajo. Y tal vez no he caído en ello hasta el momento, a pesar de que no es nuevo, porque nunca he tenido la necesidad imperiosa de manipular el iPhone para poder instalar aplicaciones no avaladas por Apple, ni poder realizar acciones no permitidas por la compañía.
Mi necesidad particular pasa por un hecho tan simple como el que por mucho que trapichee en las entrañas del terminal seguiré teniendo un contrato con Telefónica que tendré que cumplir; luego considero que es absurdo permitir que el terminal pueda funcionar con los servicios de otra operadora. Pero hay más, y es que la puesta en marcha de la App Store inició una caída en la necesidad de realizar un jailbreak al terminal, puesto que lo que se esconde detrás de Cydia y similares ya se encuentra en la tienda oficial, puede que con otro nombre, pero que permiten hacer lo mismo, o casi. Tengo que reconocer que antes del iPhone 3G mi iPod touch ya fué blanco de operaciones no permitidas, pero una vez salió el actual iPhone y a la vez la App Store, cada vez se me antoja menos necesario el tener que piratear el terminal.
Yo espero ver como avanzan las cosas a partir del 11 de julio del 2010, momento en que miles de usuarios del iPhone se lanzarán en tromba a las tiendas de Telefónica para que les liberen el terminal, puesto que en ese mismo día finalizarán el contrato de permanencia con la operadora. Tal vez si que entonces valdrá la pena ponerse al día del estado actual de la scene, porque me da en la nariz que liberar legalmente el terminal será bastante complicado, porque lo hará complicado Telefónica.
