Lo que ocurrió con el MacBook en el 2006 podría repetirse

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Pasado mañana, muchos podrían haber cambiado una decisión que ya se están planteando ahora mismo. Tienen su PC, y ya saben a qué tienda acudirán a buscar su nuevo y flamante Windows 7. Hay dos cosas que son una verdad como un templo: y es que muchos PC con el  nuevo sistema operativo de Microsoft no cuestan lo que valen los nuevos Mac presentados hace escasas horas; una gama media de PC podría ser incluso más cara que el nuevo MacBook de policarbonato. Como tampoco Mac OS X Snow Leopard vale, ni por asomo, lo que cuesta Windows 7. Pero habrá más actualizaciones a Windows 7 que nuevos ordenadores vendidos con Windows 7. Y aquí empiezan las diferencias: un sistema operativo nuevo con un ordenador no tan nuevo.

La diferencia crucial está en que Windows 7 está preparado para muchísimas configuraciones de PC, pero Mac OS X es sólo para Mac. Claro que, si tenemos en cuenta que el sistema operativo de la compañía viene siempre de serie con cada nuevo Mac, la balanza empieza a oscilar. Cierto; normalmente un PC se vende con Windows. Pero no hay ordenadores Windows, sino ordenadores que ejecutan Windows, que es muy diferente.

La balanza empieza a decantarse hacia un lado cuando uno se da cuenta que Apple ha mantenido e incluso recortado precios duplicando potencia y características, siendo consciente que no hay dinero para grandes inversiones debido a la crisis económica. Pero la balanza cae en picado en favor de Apple cuando uno se da cuenta de que los Mac pueden correr en el mismo ordenador Mac OS X y Windows, algo que los PC’s no pueden hacer por vías legales.

Recuerdo cuando Apple lanzó el Macbook blanquito -y también en un modelo negrito, por aquel entonces- en mayo del 2006. Supuso el gran encuentro de los maqueros con el mundo Intel, en el sentido de que las ventas de dispararon cuando todavía reinaban los PowerPC. El MacBook supuso el salto de muchos Windowseros al mundo Mac, probablemente por su precio, y porque en su corazón había algo que les era familiar: un procesador Intel. Y todos estos usuarios, todavía pueden ejecutar Windows en su MacBook; solo que por motivos que no vienen al caso, solo ejecutan Windows en raras ocasiones.

Este artículo lo escribo con un MacBook de policarbonato comprado en junio del 2006. Tiene dos particiones: una con Mac OS X Snow Leopard y otra con Windows XP. Funciona como el primer día, y jamás me ha dado ni un sólo problema.

Lo que ocurrió en mayo del 2006, podría repetirse.

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