Ya son bastante numerosas las aplicaciones disponible en la app store que se anuncia que son gratis, cuando en realidad no es así. Sería absurdo dar nombres, porque están proliferando como setas y es casi imposible nombrarlas todas, pero cuando lleguéis al final de este artículo, seguramente os daréis cuenta que habéis caído en sus garras en alguna ocasión.
Con la llegada del iPad son muchas las aplicaciones que sirven contenido que es de pago. La popularización del dispositivo y de sus posibilidades están ayudando en gran medida a que se asocie el término revista o periódico con el término subscripción. Así que teóricamente, en este caso no hay lugar a dudas, más, cuando en la descripción de la aplicación se explica que el continente es gratuito (e imprescindible, por otra parte) pero el contenido es de pago.
Otras en cambio, se anuncian como gratuitas, cuando en realidad, son de pago. Y no nos referimos a apps para iPad solamente, sino que esto ya está ocurriendo en algunas apps para iPhone e iPod touch. Caso más grave son las apps que la única manera de probarlas es pagando por su contenido, cuando este, no funciona.
A la postre, es evidente que en el fondo estas apps no se miente cuando se dice que son gratuitas. Pero tampoco se explica que para disfrutar de ellas hay que pagar. Cuando la mayoría de comentarios de los usuarios vomitan sobre esta «particularidad», creo – y sólo creo- que hay que cambiar algo.
Es fácil; cuando yo voy a un bar y pido un refresco, pago por el refresco, pero no por el servicio que me da el refresco, es decir, el vaso. La clave está en que puede que sí esté pagando parte del servicio, pero si es el caso, no se nota. Pero si el bar anuncia «vasos de refresco gratis» se sobreentiende que regala vasos llenos de refresco. Si regala los vasos sin refresco efectivamente no ha mentido, pero en el momento que todos los clientes se quejasen, seguramente el responsable del bar cambiaría o especificaría mejor el mensaje.