Si la compañía de Cupertino usa el mismo criterio sobre el que se ha escudado para rechazar una aplicación de monitorización y control de descarga de archivos Bittorrent, como ha sucedido esta misma semana, teóricamente debería también rechazar cualquier aplicación de este tipo.
La excusa de Apple es que este tipo de programas se usan solamente para descargar software con derechos propietarios de manera ilegal. Si bien esto no solo es más que discutible, sino totalmente falso, teniendo en cuenta que las redes P2P se usan a menudo para distribuir material con licencias de otro tipo, la cuestión se torna si cabe más oscura por un motivo que cae por su propio peso. Y es que la aplicación rechazada no es un cliente gestor de archivos Bittorrent, sino que es un software de monitorización y control remoto de otra aplicación instalada en un ordenador. Mas sencillo: la aplicación rechazada no permite descargar en el iPhone ningún archivo.
La única explicación que le veo lógica es que Apple haya decidido no aceptar el programa de la discórdia para no dar la imagen de que promueve este tipo de software de descargas. La cuestión sería qué pasará con las aplicaciones que se crean a partir de ahora y que hagan exactamente lo mismo que la rechazada.