En un programa matutino de la cadena estadounidense NBC, el CEO de Microsoft Steve Ballmer presentó Windows 7, rodeado de varios ordenadores, con distintas configuraciones, tamaños, potencias y demás, entre los cuales había un MacBook Pro.
No voy a entrar en si esto ha sido una metida de remo por parte de Microsoft o de la cadena de televisión, y más teniendo en cuenta que esto tiene sentido porque Apple ofrece soporte oficial para que los Mac puedan correr Windows, pero no deja de ser curioso que en un despliegue tan amplio de modelos que pueden correr Windows 7 se incluya un Mac en el espacio del plató que más relevancia tiene: la pantalla del decorado, y no hace falta recordar que ambas compañías se encuentran inmersos en plena batalla publicitaria, donde menos guapos se dicen de todo.
Recordamos que Ballmer ha aprovechado hace sólo 2 días la ocasión para atacar directamente a Apple. ¿Y ahora presenta su producto en una máquina de Apple? No entiendo nada.