Telefónica afirma que Apple fabrica el iPhone 3GS aposta para que falle para no saturar las líneas

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Esta historia termina con final feliz, tal y como ocurre en la mayoría de los casos de tener un problema técnico debido a un fallo de fabricación y/o ensamblado de un producto Apple. Pero deja en evidencia una vez más a Telefónica, la única operadora que distribuye oficialmente el iPhone en España, y que en teoría, entiendo que debería saber al detalle todo lo que tiene que ver con los servicios que ofrece para el terminal, que no sobre el terminal en sí. En este caso hubiera bastado decir algo tipo «parece que la SIM y sus servicios funcionan bien» y remitirme a Apple, pero se prefirió, hasta en 3 ocasiones y de la mano de 3 operadores telefónicos distintos, decir que «Apple fabrica así sus terminales aposta, para evitar que se saturen las líneas». No se trata de un comentario de un operador telefónico tal vez nuevo, tal vez desinformado, o ambos, sino que se trata de un discurso «por defecto» previamente ensayado, y evidentemente equivocado.

La historia empieza cuando compruebo que el tethering con un iPhone 3GS falla; se corta muy a menudo, no se conecta cuando debe, dice que está compartiendo internet cuando en realidad no es así o viceversa, etc. En la primera llamada a Telefónica se me dice que «esto es lo normal; Apple fabrica el iPhone aposta para que la red se corte de vez en cuando, con el fin de evitar que se saturen las redes». También me insta a que espere un día que podrían estar haciendo reparaciones en la zona.

Dos días después, cuando ya podía realizar pruebas con un iPhone 3G, veo que el tehtering con el 3GS sigue fallando. En otra llamada a Telefónica se me repite el mismo discurso, pero esta vez, como mínimo, el amable operador telefónico me indica cómo comprobar que tengo la última versión de la operadora, y observar que estaba totalmente actualizado. Que es espere un día más, por si acaso.

Dos días más tarde el 3GS sigue fallando, pero no el 3G; otra llamada a Telefónica y se repite el discurso, con el añadido de que «esto ocurre tanto con el 3GS como con el 3G pero no sólo pasa en España, sino en todo el mundo, y todas las operadoras lo sabemos porque fuimos las operadoras las que pedimos a Apple que buscasen la manera de que no se saturasen las líneas; por eso en algunos países el tehtering es de pago». Esto no tiene el más mínimo sentido cuando con un 3G no tenía el más mínimo problema, solo con un 3GS. Así que una vez entendido que hay algo que no encaja, llamo al servicio técnico de Apple.

En la primera llamada se me dice que la explicación de la operadora es incierta -literalmente-, pero que si ellos aseguran que la cobertura es correcta y la SIM parece estar físicamente bien, podría intentar restaurar el iPhone 3GS y a ver que pasa. Se me manda un número de incidencia y un correo con las instrucciones. La restauración no tiene éxito y el terminal sigue fallando.

En la segunda llamada a la compañía de Cupertino se me dice que la explicación de la operadora es errónea e incorrecta -literalmente-, y se me insta a que pruebe a cambiar las SIMs entre los iPhone. (Confieso que no se me había ocurrido). El 3GS, ahora con la SIM del 3G falla, y con el 3G y la SIM del 3GS no tengo ningún problema. Parece que llegamos al final del túnel.

En la tercera y última llamada a Apple se desvela el misterio. La asistenta, con el número de incidencia y todo el historial en mano, me pregunta si la operadora es Telefónica España, y me explica que mi caso no es aislado pero tampoco habitual, y que en los casos que ella ha tratado, Telefónica ha dicho lo mismo a los usuarios con fallos similares en todos los casos, algo que «es mentira -literalmente- porque Apple fabrica todos los terminales exactamente iguales físicamente para todo el mundo. Si ya ha realizado todas las pruebas, que veo que sí, vamos a proceder a un reemplazo de su terminal porque no puede ser otra cosa que un fallo de la antena y de conectividad». Fin de la historia.

Mientras unos tiran pelotas fuera, echando las culpas a otros cuando no tienen ni la más remota idea de qué va el tema -ni tendrían porque, pero aun y así se meten- otros reconocen el fallo como suyo y siguen los procedimientos para dejar al usuario con un producto como Diós manda. ¿Tan difícil es? Es España parece que sí.

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