Aunque en los últimos tiempos la guerra entre Apple y Android se ha vuelto cada vez más expansiva en cuanto a los segmentos de la industria que fueron afectados, normalmente se mantenía dentro de los carriles de la informática y las nuevas tecnologías. Ahora, parece que ambas firmas se están volcando poco a poco a los coches conectados, es decir, la posibilidad de poner sus sistemas operativos en las computadoras de a bordo de los vehículos.
Si pensamos por un lado que el coche conectado es uno de los retos más ambiciosos de los fabricantes de automóviles, y que tanto Google como Apple han avanzado muchísimo en cuanto al “Internet de las cosas”, está claro que la posibilidad de adaptar los sistemas operativos móviles a esta industria es el próximo paso para dos de las empresas más potentes del mundo.
De acuerdo a los últimos informes internacionales, la que parece llevar la delantera, al menos de momento y bajo la posibilidad de que Apple está ocultando buena parte de sus desarrollos, es Google, que mostró sus avances con respecto a la automotriz alemana Audi, trabajando codo a codo ambas en la posibilidad de poner Android en los vehículos de la empresa.
Con la premisa de que la inclusión tanto de Android como de iOS permita a los conductores y pasajeros de los coches tener acceso a aplicaciones y servicios similares a los disponibles en los teléfonos inteligentes y tabletas, está claro que el desafío pasa por poder volcar los innumerables avances que existen en materia de dispositivos de mano, a los ordenadores que vienen incluidos en los coches.
¿Y Apple qué?
En tanto, en el caso de Apple nos encontramos con que los avances se encuentran relacionados no sólo con la posibilidad de poner el sistema operativo iOS en los coches, sino además muchos pretenden incluir directamente los móviles iPhone en los vehículos. Para ello, ya cuenta con el apoyo de algunas automotrices como BMW, Mercedes-Benz, General Motors o Ferrari.