La Electronic Frontier Foundation, que se encarga de velar por los derechos digitales en la red en ámbitos como la propiedad intelectual, hace de mediador en casos de competencia, y procura poner paz entre empresas, usuarios y estándares por llamarlo de algún modo. En definitiva, como dicen ellos mismos, defienden la libertad del mundo digital.
El organismo ha sacado a la luz el contrato que se establece entre Apple y los desarrolladores de aplicaciones para iPhone, texto que desvela unas cláusulas de lo más, digamos, interesantes.
El documento ha estado hasta ahora fuera de la vista del mundo y solamente era visible para las partes contratantes. De hecho el documento, tal y como veremos a continuación era secreto, -que NO confidencial-, pero la EFF lo ha puesto a disposición de todo el mundo usando las bases legales de la Freedom for Information Act con las que es posible solicitar información sobre la tecnología que está usando el gobierno estadounidense, después de que la NASA haya publicado NASA LER Simulator, una aplicación para iPhone. (Enlace a iTunes). De hecho fue la propia NASA la que envió una copia del contrato a petición de la EFF, saltándose así una de las cláusulas del contrato.
Es la propia EFF la que ha estado examinando a fondo el documento, y desvela algunos puntos clave que bajo su punto de vista son más que discutibles, empezando por la prohibición de hacer público el documento el cual no está calificado como confidencial.
Pero la cosa no termina aquí…
Los desarrolladores sólo pueden publicar aplicaciones en la App Store, algo que tiene más o menos sentido si tenemos en cuenta que todo lo necesario para desarrollar lo proporciona Apple y es de Apple. En cualquier caso, todos sabemos que este punto tampoco ha sido siempre respetado, y que de ello se han beneficiado tiendas alternativas a la App Store. Sin dejar del todo el lado oscuro del iPhone, se prohibe la realización de ingeniería inversa, muy posiblemente con el fin de proteger la integridad del sistema, aunque en ciertos ámbitos legales han sido calificados como aceptables y legítimos dentro de unos márgenes. Y más allá: no está permitido utilizar la tecnología de Apple para alterar los sistemas de seguridad y de validación propios de la compañía para permitir, por ejemplo, que puedan funcionar con software libre.
Apple se reserva el derecho de eliminar cualquier aplicación de la App Store cuando le plazca, algo que en cierto modo es comprensible, pero si fuera la propia Apple la que comete un error que daña en mayor o menor medida la aplicación de un tercero, sólo paga 50 dólares de indemnización. Aquí la EFF pone en discusión este punto, porque el poder de Apple puede destruír de un plumazo la reputación y el modelo de negocio de cualquier compañía.
La EFF no se corta en opinar sobre este tipo de condiciones entre otras, y apunta que este tipo de acuerdos pueden retrasar la evolución del software de una manera que no se había visto desde hace mucho tiempo. De hecho se acusa abiertamente a Apple de ser una compañía que en su momento tuvo que luchar contra unas barreras que ahora ella misma impone a los demás aprovechándose de una posición dominante en el mercado. Se insta a que la compañía abandone de forma inmediata estas prácticas en favor de la competencia y la innovación. La frase que resume el pensar de la FCC no da lugar a dudas: Apple es un celoso y caprichoso señor feudal.
La última versión del documento se puede descargar al completo. Es la versión correspondiente a enero del 2010.